Dónde Comer en Viena: Platos típicos y restaurantes

La capital austriaca es la patria del schnitzel y la tarta sacher, pero además podemos disfrutar de una gastronomía muy variada. La cocina vienesa es mucho más rica gracias a las influencias de algunos países vecinos como Hungría, Alemania, la República Checa o Italia.

En cuanto a los horarios, se diferencian bastante con los que tenemos en España. Tienen lo que se conoce como horario europeo, desayunan bastante pronto para aprovechar las horas de sol, entre las 7.00 y las 10.00, y la comida se sirve como muy tarde hasta las 14.00. Siempre podréis encontrar excepciones, Viena es una capital muy internacional, pero es recomendable adaptarse a sus horarios sobretodo si queréis comer en los sitios más típicos.

No os podéis marchar de Viena sin probar los típicos Cafés Vieneses, considerados como una institución de la ciudad que aún desempeña un importante papel en la cultura y la tradición de la capital austriaca. Los hay de muchos tipos, desde los cafés clásicos lujosos y confortables a los más modernos y minimalistas.

A continuación os comentaremos los platos más típicos de la ciudad y los restaurantes y Cafés que más nos han gustado. De dichos lugares encontraréis ubicación, precio aproximado y puntuación (del 1 al 5).

Contenidos

Platos Típicos

Wiener Schnitzel: escalope de ternera empanado, normalmente acompañado de una ensalada tibia de patatas. Es el plato más típico de Viena, y mi preferido.

Tafelspitz: carne de buey cocida con verduras, vinos y especias.

Gulash: estofado de carne con cebolla y pimentón.

Käsespätzle: Spätzle (pasta de huevo), queso, cebolla a la parrilla y mantequilla.

Apfelstrudel: pastel de manzana.

Topfenkolatsche: un rollo de hojaldre relleno de queso.

Buchteln: bollo relleno de mermelada de albaricoque.

La Tarta Sacher merece una mención aparte. Se trata de uno de los postres más famosos de Viena. Consiste en una tarta de bizcocho de chocolate rellena con una fina capa de mermelada de albaricoque y recubierta de chocolate. Tradicionalmente se suele acompañar de nata montada. Si te gusta el chocolate… será tu perdición.