SAINT-MALO es una ciudad (comuna francesa) de tradición corsaria, situada en la región de Bretaña, al noroeste de Francia. Es una de las ciudades más visitadas de la Bretaña francesa, muy conocida por su ciudad amurallada, su relación con el mar y por sus maravillosas playas. Un lugar ideal para pasar las vacaciones en verano.

Gracias a su rica historia marítima, posee un puerto importante (de pesca, de recreo, de comercio y de viajeros) y es un gran centro económico del país. Su centro histórico está amurallado completamente con una construcción que remonta al siglo XIII.

Tras el Desembarco de Normandía y el avance aliado hacia Bretaña, las tropas alemanas se hicieron fuertes en Saint-Malo. Las tropas estadounidenses bombardearon intensamente la ciudad, quedando la mayor parte de intramuros, así como el puerto, devastados.

Tras una restauración en estilo llevada a cabo durante dos décadas, la vieja ciudad corsaria volvió a ocupar un lugar importante entre los destinos turísticos del noroeste de Europa. En verano, suele triplicar y cuadruplicar su población. Sus playas son de las mejores que se pueden disfrutar en el noroeste de Francia, cuando la marea lo permite.