¡Hola viajer@s! Hoy público un artículo que tenía muchas ganas de enseñaros desde hace tiempo: Os voy a contar como fue nuestra excursión a Chamonix – Mont Blanc desde Ginebra 😊
Probablemente, fue el día más top de nuestro viaje a Suiza del año pasado. Nos hizo un tiempo y una temperatura increíble y pudimos disfrutar al máximo de nuestra aventura a los pies del Mont Blanc.
Como ya os comenté en uno de mis artículos anteriores (“Que ver en Berna: 8 Lugares que no te puedes perder”), creo que aquí conseguí las mejores fotografías del viaje. Los paisajes que descubriréis más abajo son increíbles.
Solo me queda una cosa más por decir antes de comenzar ¡Bienvenidos a Chamonix y al Mont Blanc!
Contenidos
Mont Blanc
Antes de nada, para ponernos un poco en situación, quería hablaros un poquito acerca de esta montaña tan espectacular. El Mont Blanc (o Monte Bianco en italiano) es la montaña culminante de la cordillera de los Alpes, con una altitud que ronda los 4.809 metros sobre el nivel del mar.
Digo que “ronda” esta altura porque no es exacta. El Mont Blanc es un pico que permanece nevado los 365 días del año, por lo tanto, su altura total depende de la capa de nieve que cubre la cumbre rocosa.
Es el punto más elevado de la Unión Europea y uno de los picos más altos de Europa, solo superado por algunas montañas de Rusia y Georgia como el Monte Elbrús (5.642 metros de altura), en la cordillera del Cáucaso.
Aunque está muy cerca de Suiza, lo cierto es que la cima del Mont Blanc está compartida entre Italia y Francia. Hubo pequeñas diferencias entre los dos países, pero quedaron resueltas después del acuerdo bilateral firmado en 1860, el Tratado de Turín, donde se constata que la cima era compartida.
Como curiosidad, las ciudades más habitadas cercanas al Mont Blanc son Chamonix – Mont Blanc (la más famosa) y Saint-Gervais-les-Bains, situadas en Alta Saboya (Francia) y Courmaveur, en el Valle de Aosta (Italia).
Desde Ginebra a Chamonix
Nuestra excursión comenzó en Ginebra, donde teníamos nuestro “campamento base”. Como ya hemos comentado en otros artículos, elegimos Ginebra para alojarnos en nuestro viaje a Suiza porque los vuelos nos salían más baratos desde Barcelona. Además, los alojamientos también salían a un precio bastante razonable.
Para ir a Chamonix – Mont Blanc, la opción más económica que encontramos fue el autobús. Sacamos los billetes unas dos semanas antes del viaje y la empresa que nos llevó fue “SwissTours”. Los billetes los compramos a través de TrainLine.
Tomamos el bus a las 6:30 de la mañana en la Estación de Autobuses de Ginebra (Geneva Bus Station). El precio del billete nos costó 32,00€ por persona, contando con ida y vuelta.
El trayecto fue corto, apenas tardamos una hora y cuarto. El autobús nos dejó en la Estación Sur de autobuses de Chamonix (Chamonix Sud Bus Station), muy cerquita del teleférico que teníamos intención de subir.
Cuando nos bajamos del autobús ni siquiera había amanecido del todo, aún estaba bastante oscuro y las luces de las calles seguían encendidas. Era como un pueblo fantasma, parecía que llegábamos los primeros.
Teleférico a L´Aiguille du Midi
Aprovechando que llegamos muy temprano, queríamos subir lo primero al mirador de L´Aiguille du Midi (la atracción estrella de Chamonix – Mont Blanc) y así evitarnos las largas colas que se formarían después.
L´Aiguille du Midi (La Aguja del Mediodía) es una montaña del macizo del Mont Blanc que alcanza una altitud de 3.842 metros de altura. Sobre el pico se eleva una torre que contiene antenas de telecomunicación.
Arriba también podréis caminar por una serie de túneles y plataformas desde donde disfrutaréis de unas vistas de 360º del Mont Blanc y de los alpes suizos, franceses e italianos.
El teleférico del mirador aún no se había puesto en funcionamiento cuando llegamos. Nada más llegar sacamos en taquilla los billetes y esperamos a que saliesen las primeras cabinas hacia la cima.
Os recomiendo que saquéis los billetes en la misma taquilla, ya que puede suceder que las condiciones climáticas no sean óptimas para subir y tengan que cerrar el teleférico. Si las sacáis allí al menos os aseguráis de que está abierto antes de pagar.
En cuanto al precio, subir hasta el mirador más alto (a 3.842 metros) costaba 69,00€. La mujer que estaba en la taquilla nos informó de que, pagando tan solo 3,00€ más, nos podía incluir, además, el tren cremallera a Montenvers, y así poder contemplar el conocido como Mer de Glace (Mar de hielo).
No lo dudamos y sacamos la entrada completa, es decir, ida y vuelta al Mirador de L´Aiguille du Midi y el tren cremallera a Montenvers, todo ello por 72,00€ por persona.
Plan de L´Aiguille
Por fin abrió el teleférico y subimos al primer tramo. La subida a la cumbre se dividía en dos tramos. El primero discurre desde Chamonix hasta el punto conocido como “Plan de l´Aiguille”, a unos 2.317 metros.
Aquí podréis optar por deteneros un rato y caminar por alguna de las rutas de montaña o tomaros algo en el bar de “El Refuge du Plan”. Además, las vistas de las montañas desde aquí son preciosas, aunque no tanto como desde la cima 😉
Una vez aquí, tomamos el teleférico del segundo tramo, el cual nos lleva hasta la cima de la montaña. Este tramo en particular da bastante impresión.
Comienza como un teleférico habitual, pero según te vas acercando a la montaña las guías se van inclinando hasta tal punto en el que la cabina sube como si fuese un ascensor, en paralelo a la montaña. Era impresionante mirar por el cristal el vacío que dejábamos atrás.
Para que os hagáis una idea, el ascenso total, contando ambos tramos, duró aproximadamente 20-30 minutos. Esto contando que, como llegábamos los primeros, no tuvimos que esperar ninguna fila, ni abajo en Chamonix ni en la parada intermedia.
Mirador de L´Aiguille du Midi
Pasarela Inicial
Llegamos hasta la última parada del teleférico y, según salimos de la cabina y apenas avanzamos unos pasos, nos encontramos con una pasarela que nos dejó boquiabiertos.
Las vistas de las montañas nevadas hacia ambos lados del puente eran ALUCINANTES. Apenas había gente cuando llegamos, asique pudimos disfrutar de la pasarela para nosotros solos.
La temperatura que hacía era envidiable, apenas 1º a 3.777 metros de altura ¿Quién se lo podría imaginar? Esperábamos mucho más frío. Otra cosa que nos llamó mucho la atención era que había muy pocas nubes, algo muy raro para la altura a la que estábamos.
Parecía el día ideal para subir al mirador, no se nos podía dar mejor. Además, llegando tan pronto a la cima, pudimos disfrutar de un amanecer espectacular sobre las montañas, algo que no olvidaré nunca.
Túneles y Plataformas de L´Aiguille du Midi – 3.777 m
Una vez terminamos en la pasarela, fuimos a explorar todo lo que esta estación de montaña nos podía ofrecer. Había túneles y espacios interiores con sillones y grandes ventanales desde donde poder disfrutar de las vistas resguardados del frío.
También había múltiples plataformas al aire libre para deleitarse con el Mont Blanc y las montañas y glaciares que lo rodean. Desde algunas plataformas, observe que había puntos con escaleras que bajaban directamente a la montaña.
Numerosos alpinistas comenzaban aquí sus caminatas y el ascenso al mítico Mont Blanc. En las fotos podéis observar por dónde transitaba la gente, a mí me da mucha impresión.
Hablando de escaleras, ¿Alguna vez habéis probado a subir escaleras a esta altitud? (Contádmelo en un comentario al final del artículo jeje) Apenas subimos unos metros para movernos de una plataforma a otra y sentía que me quedaba sin aire.
Era alucinante, la sensación es como si hubieses subido 5 o 6 pisos y en realidad solo habías subido apenas 1… A esa altura la presión atmosférica te puede jugar malas pasadas jajaja.
Terraza en la Cima – Paso al Vacío – 3.842 m
Cuanto terminamos de explorar toda esta zona, subimos en un ascensor que nos llevaba hasta la terraza de la cima, a 3.482 metros de altura. Las vistas no tenían ningún tipo de sentido. Era increíble.
Disfrutamos todo el tiempo que quisimos haciendo fotografías y después nos preparamos para entrar a la atracción turística principal de la cima: El Paso al Vacío. Aviso, es un lugar no apto para gente con vértigo.
Todo comienza en un túnel/pasarela cerrada con el suelo acristalado. En el cristal de la pasarela la montaña se ve más cerca y no da “tanta impresión”. Pero esto no es todo.
Al final del camino te espera una caja de cristal, cerrada por 5 lados, donde al mirar hacia abajo verás una caída que no parece tener fin.
Para entrar a la caja acristalada te hacen ponerte unas zapatillas especiales. Puedes dejarle el móvil al personal que se encuentra allí trabajando para que te saquen alguna foto cuando entras en la caja. Solo se puede pasar de uno en uno.
¡Es una experiencia chulísima! Os lo recomiendo mucho, siempre y cuando no sufráis vértigo.
Por último, mencionar que la estación también dispone de una tienda de souvenirs y una cafetería donde poder picar algo. Un café y un Donut me costó 8,00€, me pareció un poco caro, pero bueno, lo que pagas realmente es tomártelo con aquellas vistas.
Una vez terminamos de tomar algo y hacer alguna compra, volvimos a bajar en el teleférico a Chamonix, donde nos aguardaba el tren cremallera de Montenvers.
Tren Cremallera de Montenvers – La Mer de Glace
La estación del tren que nos llevaría a Montenvers estaba bastante cerca de donde nos dejaba el teleférico. Apenas tardamos unos 15 minutos caminando.
El tren cremallera salía desde “Gare Chamonix Train du Montenvers”. Os dejo en el mapa la localización y como llegar caminando desde el teleférico de L´Aiguille du Midi:
Una vez ya en el tren, el ascenso hasta Montenvers y la Mer de Glace duró unos 30-40 minutos. Intentad conseguid sitio cerca de alguna ventanilla en el tren, las vistas durante el recorrido son preciosas.
La Mer de Glace
La Mer de Glace (el Mar de Hielo) es un glaciar que se encuentra al norte del macizo del Mont Blanc, en los Alpes franceses. Es el glaciar más largo de Francia, con una longitud de 7 kilómetros y unos 200 metros de profundidad.
Por desgracia para nosotros, al llegar a nuestro destino observamos que el glaciar aún no estaba formado. Fuimos en otoño, demasiado pronto para poder ver el glaciar en su máximo esplendor.
Aun así, la visita mereció la pena, nos quedamos asombrados por las montañas que rodeaban el glaciar. También allí pudimos ver alguna cascada. Además, los colores otoñales que inundaban las montañas te cautivaban.
Ruta por la Montaña hasta Chamonix
Hicimos algunas fotos y paramos a comer los bocatas en unos bancos que encontramos en la montaña. Mientras comíamos, hablamos de los paisajes que habíamos visto desde el tren cremallera, y se nos ocurrió que podíamos bajar la montaña andando y disfrutar de la naturaleza más de cerca.
Desde la Mer de Glace hay varias rutas señaladas por la montaña, y algunas te conducían hasta Chamonix – Mont Blanc. No lo pensamos dos veces y empezamos a caminar.
La ruta no era sencilla, fueron aproximadamente unas 2 horas y media caminando de bajada por la montaña con algún tramo de terreno bastante irregular. Aun así, con cuidado se puede hacer perfectamente, y los paisajes que vais a ver merecen mucho la pena.
Estos senderos a mí me recordaban a Rivendel, la ciudad de los elfos en El Señor de los Anillos. ¿Qué os parece a vosotros?
Encontramos algunos rincones espectaculares, de los más bonitos que he visto nunca. Este que os enseño en la foto a continuación es mi preferido. Conseguimos una perspectiva magnifica del Viaducto de Montenvers y la montaña de fondo, parecía una postal:
Aquí os voy a dejar un mapita con la ruta que hicimos nosotros y con la ubicación del Viaducto de Montenvers 😉
Luge Alpine Coaster Chamonix
Según terminábamos de bajar la montaña, nos topamos con una especie de montaña rusa que nos llamó la atención. A mí me recordaba a otra muy similar que me subí en Andorra, el Tobotronc ¿Lo conocéis?
El ticket para subir a la atracción tan solo costaba 8,00€, asique decidimos probar la experiencia. He de decir que es más intenso el Tobotronc de Andorra, y más largo, pero este tampoco está nada mal 😊
Paseo por el pueblo de Chamonix
Como aún nos sobraba algo de tiempo hasta que saliese el bus de vuelta a Ginebra, dimos un paseo por las calles de Chamonix – Mont Blanc. Estaban repletas de lugares de restauración, tiendas de souvenirs y gente, mucha mucha gente.
El pueblo está muy orientado al turismo, y eso se nota en el ambiente. Los precios nos recordaban a Suiza, todo era realmente caro, incluso los souvenirs. Un imán o un llavero podía costarte 7,00 u 8,00€.
Y hasta aquí llega el artículo de hoy. Espero que hayáis disfrutado de nuestro viaje y que os hayan gustado las fotos de la publicación.
Si escribís un comentario dándonos vuestra opinión del post o lo compartís en redes sociales para que llegue a más gente os lo agradeceríamos muchísimo 😊
¡Hasta pronto viajer@s!